VIVE. Revista de Investigación en Salud
https://revistavive.org
Volumen 8 No.
22, enero-abril 2025
ISSN:
2664-3243
ISSN-L:
2664-3243
Consumo de alimentos ultraprocesados en estudiantes de secundaria
durante la pandemia de COVID-19 Lima, Perú
Consumption of
ultra-processed foods in high school students during the COVID-19 pandemic
Lima, Peru
Consumo de
alimentos ultraprocessados em estudantes do ensino
médio durante a pandemia de COVID-19 Lima, Peru
Danny Mendoza
Fernandez
dannymendoza@upeu.edu.pe.com
https://orcid.org/0009-0002-6171-4149
Mery Rodríguez Vásquez
meryrv@upeu.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-2616-7979
Universidad Peruana
Unión. Lima, Perú
Artículo
recibido 8 de noviembre 2024 | Aceptado 10 de diciembre 2024 | Publicado 22 de
enero 2025
RESUMEN
Los
alimentos ultraprocesados son aquellos productos que se encuentran en los
supermercados y que pasaron por un extenso proceso industrial. A menudo, estos
alimentos incluyen ingredientes artificiales y aditivos. Objetivo:
Este estudio tuvo como objetivo evaluar el consumo de alimentos ultraprocesados
en estudiantes de secundaria durante la pandemia de COVID-19 Materiales y
Métodos: Se realizó un estudio transversal con 135 estudiantes de
secundaria en Lima, Perú. Se utilizó un cuestionario autoadministrado para
medir la frecuencia de consumo de alimentos ultraprocesados. Las asociaciones
entre las variables sociodemográficas y el consumo de los alimentos
ultraprocesados se evaluaron mediante la prueba de chi-cuadrado de independencia,
considerando un nivel de significancia del 5%. Resultados: El consumo
permanente de alimentos ultraprocesados fue bajo, inferior al 10% en la mayoría
de las categorías. Los estudiantes varones mostraron un mayor consumo regular y
frecuente en comparación con las mujeres, mientras que los estudiantes de
grados superiores (4to y 5to) y los de mayor edad (16-17 años) presentaron un
consumo más constante. Además, los estudiantes adventistas reportaron un mayor
consumo nulo o esporádico en comparación con los no adventistas. Sin embargo,
no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos
sociodemográficos evaluados. Conclusión: Aunque el consumo permanente de
alimentos ultraprocesados fue bajo, el consumo esporádico y regular sigue
siendo preocupante. Las intervenciones educativas deberían enfocarse en reducir
el consumo de estos productos entre los adolescentes, especialmente en aquellos
con mayor riesgo.
Palabras clave: Adolescentes;
Alimentos ultraprocesados; Consumo; Estudiantes de secundaria; Hábitos
alimentarios
ABSTRACT
Ultraprocessed
foods are those products found in supermarkets that have undergone an extensive
industrial process. Often, these foods include artificial
ingredients and additives. Objective: This study aimed to assess the
consumption of ultra-processed foods among high school students during the
COVID-19 pandemic. Materials and Methods: A cross-sectional study was
conducted with 135 high school students in Lima, Peru. A self-administered
questionnaire was used to measure the frequency of ultra-processed food
consumption. Associations between sociodemographic
variables and the consumption of ultra-processed foods were evaluated using the
chi-square test of independence, considering a significance level of 5%. Results:
Permanent consumption of ultra-processed foods was low, below 10% in most
categories. Male students showed higher regular and frequent consumption
compared to female students, while students in higher grades (4th and 5th
grades) and older students (16-17 years) exhibited more consistent consumption.
Additionally, Adventist students reported a higher rate of null or sporadic
consumption compared to non-Adventists. However, no statistically significant
differences were found among the sociodemographic
groups evaluated. Conclusion: Although permanent consumption of
ultra-processed foods was low, sporadic and regular consumption remains a
concern. Educational interventions should focus on reducing the consumption of
these products among adolescents, especially those at higher risk.
Key words: Adolescents;
Consumption; Dietary habits; Secondary school students; Ultraprocessed foods
RESUMO
Os alimentos ultraprocessados
são aqueles produtos encontrados nos supermercados que passaram por um extenso
processo industrial. Muitas vezes, esses alimentos incluem ingredientes
artificiais e aditivos. Objetivo:
Este estudo teve como objetivo avaliar o consumo de alimentos ultraprocessados em estudantes do ensino médio durante a
pandemia de COVID-19. Materiais e Métodos: Foi realizado um
estudo transversal com 135 estudantes do ensino médio em Lima, Peru. Foi
utilizado um questionário autoaplicável para medir a frequência de consumo de
alimentos ultraprocessados. As associações entre as
variáveis sociodemográficas e o consumo de alimentos ultraprocessados foram avaliadas por meio do teste qui-quadrado de independência, considerando nível de
significância de 5%. Resultados: O consumo permanente de alimentos ultraprocessados foi baixo, inferior a 10% na maioria das
categorias. Os alunos do sexo masculino apresentaram maior consumo regular e
frequente em relação às mulheres, enquanto os alunos dos anos mais avançados
(4º e 5º) e os alunos mais velhos (16-17 anos) apresentaram um consumo mais
constante. Além disso, os estudantes adventistas relataram maior consumo não ou
esporádico em comparação aos não-adventistas. Contudo,
não foram encontradas diferenças estatisticamente significativas entre os
grupos sociodemográficos avaliados. Conclusões: Embora o consumo permanente de
alimentos ultraprocessados tenha sido baixo, o
consumo esporádico e regular continua preocupante. As intervenções educativas
devem centrar-se na redução do consumo destes produtos entre os adolescentes,
especialmente aqueles em maior risco.
Palavras-chave:
Adolescentes; Alimentos ultraprocessados; Consumo;
Estudantes de secundário; Hábitos alimentares
INTRODUCCIÓN
La pandemia ha afectado profundamente los
estilos de vida y los hábitos alimentarios de los adolescentes en Perú. En
muchas zonas urbanas y rurales, el acceso a alimentos frescos y saludables se
vio restringido debido a las limitaciones de movilidad y al cierre de los
mercados locales. Esto ha llevado a cambios significativos en la forma en que
los jóvenes se alimentan (1). En este contexto, los alimentos ultraprocesados
(AUP), fácilmente disponibles en tiendas y supermercados, se convirtieron en la
opción más accesible para muchas familias peruanas. Este cambio en los hábitos
alimentarios durante la pandemia no solo ha afectado la calidad de la dieta,
sino que también ha tenido implicaciones sobre la economía familiar, dado que
el consumo de productos procesados suele estar asociado a gastos alimentarios más
altos. Además, la falta de educación nutricional adecuada y la exposición
masiva a la publicidad de este tipo de alimentos, especialmente dirigida a los
jóvenes, han reforzado patrones de consumo poco saludables (2).
En este
sentido, los APU definidos como productos
que han sido sometidos a múltiples etapas de procesamiento industrial,
contienen altos niveles de azúcares añadidos, grasas trans, sodio y una amplia
variedad de aditivos que mejoran su sabor, textura y vida útil (3). Estos
productos, que incluyen desde snacks empaquetados y refrescos azucarados hasta
comidas preparadas y dulces industriales, han ganado popularidad entre los
adolescentes debido a su facilidad de acceso y conveniencia (2). En comparación
con los alimentos mínimamente procesados, los AUP ofrecen una gratificación
rápida y son altamente palatables, lo que los convierte en una elección
frecuente para las comidas y meriendas diarias en esta población (4). Además,
consumir una dieta alta en alimentos ultraprocesados (AUP) está vinculado a un
mayor riesgo de obesidad. Esto se debe a que estos productos suelen tener una
alta densidad calórica y un bajo valor nutricional, lo que puede afectar
negativamente la salud (3). También, el exceso de azúcares y grasas trans en la
dieta ha sido asociado con dislipidemias y resistencia a la insulina, factores
que predisponen a enfermedades metabólicas en la vida adulta (5-7).
Por otra parte, en el contexto de la pandemia
de COVID-19 en Perú, se observó un aumento en el consumo de AUP, especialmente
entre los adolescentes (2,4). Así se han notificado valores variables entre
estas investigaciones en el estrato etáreo señalado, por ejemplo, Alvarado (8),
en 2019 encontró que el 55% de adolescentes escolares peruanos consumían
alimentos ultraprocesados con frecuencia media, siendo los más consumidos las
gaseosas, snacks y salsas o cremas. Por otro lado, Mattioli (6) 2020
señaló que un 60% de los adolescentes aumentaron su consumo de estos productos
durante los periodos de confinamiento. Asimismo, Choque (7), en el 2023, reveló
que el 75.5% de adolescentes consume AUP de 1 a 3 veces al mes. Del mismo modo,
un estudio realizado en una institución educativa pública en la Amazonía
peruana por Tulumba (9), en el 2024 determinó que el 58.5% de la población consume
AUP en alto grado.
En este contexto, en Perú, hay una creciente
preocupación por los efectos a largo plazo que el consumo elevado de alimentos
ultraprocesados (AUP) puede tener en la salud de los adolescentes. En un país
donde las tasas de sobrepeso y obesidad infantil han aumentado en las últimas
décadas, el consumo de estos productos se ha convertido en un factor clave que
contribuye al deterioro de la salud pública. Esto exige una atención especial
para abordar esta problemática (10). La situación en el país es particularmente
crítica debido a las disparidades socioeconómicas que se agravan en tiempos de
crisis como la pandemia (11). Mientras que los adolescentes de áreas urbanas
tuvieron mayor acceso a dispositivos electrónicos y plataformas digitales que
promovieron el sedentarismo y el consumo de AUP, aquellos en zonas rurales
enfrentaron mayores dificultades para acceder a una dieta equilibrada debido a
la interrupción de cadenas de suministro y a la inseguridad alimentaria (11).
Esta dualidad en los efectos de la pandemia resalta la vulnerabilidad de los
adolescentes peruanos y subraya la necesidad de una intervención urgente en
políticas de salud pública que aborden estas disparidades.
Por lo tanto, el objetivo de la presente
investigación fue evaluar la prevalencia del consumo de alimentos
ultraprocesados en estudiantes de secundaria durante la pandemia de COVID-19 en
Perú.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se
realizó un estudio con un enfoque cuantitativo y alcance descriptivo en un
colegio privado confesional ubicado en la zona este de Lima, durante el año
2022. Para el cual se utilizó un diseño transversal que consistió en la
aplicación de un cuestionario a una muestra de estudiantes del nivel
seleccionado sobre la frecuencia del consumo de AUP.
En
relación a la muestra utilizada en la investigación fue no probabilística por
conveniencia, la cual fue de 135 estudiantes de nivel secundario. La
recolección de datos se llevó a cabo de manera presencial, según criterio del
investigador, dada la situación sanitaria. Se incluyeron estudiantes de
secundaria matriculados, sin importar su edad, género, religión o estado civil.
Se excluyó aquellos que no estuvieran matriculados.
Por otra
parte, se utilizó como instrumento un cuestionario propuesto por Márquez (12),
en 2015 para medir el consumo de AUP, compuesto por 17 ítems, divididos en
cuatro dimensiones: 1) Galletas, 2) Snacks, 3) Bebidas y 4) Dulces. La validez
del instrumento fue medida mediante el índice KMO, el cual arrojó un
coeficiente de 0,893 con una significancia de 0,000, indicando un alto nivel de
validez. En cuanto a la confiabilidad, se aplicó el alfa de Cronbach,
obteniendo un valor de 0,907. La escala de respuesta del cuestionario incluyó
cinco opciones con los siguientes valores: 5 = Diario, 3 = 1 vez a la semana, 1
= 2 a 4 veces a la semana, 0.5 = 1 a 3 veces al mes, y 0 = Nunca.
En
cuanto, al análisis estadístico se determinaron las frecuencias absolutas y
relativas de las variables: género, grado, grupo de edad y religión. Para
determinar la asociación entre estas variables y los niveles de consumo de AUP
(nulo, esporádico, regular, frecuente y permanente), se empleó la prueba de
Chi-cuadrado de independencia. Esta prueba fue aplicada a las tablas de
contingencia que comparaban el nivel de consumo con cada una de las
características sociodemográficas, y se utilizó un nivel de significancia del
5% (p < 0.05). Para los respectivos cálculos fue utilizado el programa SPSS
versión 26.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Para entender mejor el contexto de la
investigación sobre el consumo de alimentos ultraprocesados en adolescentes, es
importante considerar las características sociodemográficas de los 135
estudiantes que participaron. De ellos, el 54,8% son mujeres y el 45,2%
hombres. La mayoría tiene entre 13 y 15 años, representando el 75,5%, mientras
que el 24,5% se encuentra en el rango de 16 a 17 años. En términos de grado
escolar, el 54,8% cursa el tercer año de secundaria, el 25,9% está en cuarto y
el 19,3% en quinto. La mayoría proviene de la costa (83%), con un menor
porcentaje de la sierra (13,3%) y la selva (3,7%). En cuanto a la religión, el
67,4% son adventistas, seguidos por católicos (20,7%), evangélicos (5,2%) y un
6,7% sin afiliación religiosa.
En relación a la frecuencia de consumo de AUP,
en la Tabla 1 se relaciona los tipos de alimentos con la frecuencia de consumo
entre los estudiantes de secundaria durante el año 2022. Se observó que el
31,9% de los estudiantes tiene un consumo nulo de alimentos ultraprocesados,
siendo las bebidas azucaradas el tipo de alimento con mayor porcentaje de
consumo nulo (59,3%), seguido por los snacks (51,1%). El consumo esporádico fue
el nivel más común para los alimentos ultraprocesados en general (38,5%),
destacando las galletas (29,6%) y los dulces (29,6%). El consumo regular fue
menor, alcanzando su punto más alto en snacks (17%), mientras que el consumo
permanente fue bajo en general, con un 8,9% para alimentos ultraprocesados en
general, sin reportar consumo permanente de snacks. Estos datos revelan una tendencia
hacia el consumo esporádico y nulo, particularmente de bebidas azucaradas y
snacks.
Tabla 1. Frecuencia de Consumo de Alimentos
Ultraprocesados entre los Participantes.
Niveles de Consumo |
Consumo de AUP |
Consumo de galletas |
Consumo de snack |
Bebidas azucaradas |
Consumo de dulces |
Consumo nulo |
43 (31,9%) |
51 (37,8%) |
69 (51,1%) |
80 (59,3%) |
56 (41,5%) |
Consumo esporádico |
52 (38,5%) |
40 (29,6%) |
30 (22,2%) |
28 (20,7%) |
40 (29,6%) |
Consumo regular |
15 (11,1%) |
21 (15,6%) |
23 (17,0%) |
12 (8,9%) |
18 (13,3%) |
Consumo frecuente |
13 (9,6%) |
12 (8,9%) |
13 (9,6%) |
7 (5,2%) |
15 (11,1%) |
Consumo permanente |
12 (8,9%) |
11 (8,1%) |
0 (0%) |
8 (5,9%) |
6 (4,4%) |
Por otra parte, la distribución del consumo de
AUP según las diversas características sociodemográficas investigadas evidenció
que, en cuanto al género, las mujeres presentan un mayor porcentaje de consumo
nulo (33,8%) y esporádico (40,5%) en comparación con los hombres, quienes
tienen un mayor consumo regular (12,9%) y frecuente (12,9%). En términos de
grado, los estudiantes de 3ero tienen un mayor consumo esporádico (40,5%),
mientras que los de 4to muestran un mayor consumo regular (16,7%) y los de 5to
destacan por su consumo frecuente (11,5%). En cuanto al grupo de edad, los
adolescentes de 16 a 17 años presentan un consumo esporádico y frecuente más
elevado (51,6% y 19,4%, respectivamente) en comparación con los de 13 a 15
años, que muestran un mayor consumo nulo (33,3%). En lo que respecta a la
religión, los estudiantes adventistas tienen una mayor prevalencia de consumo
nulo (33,7%) y esporádico (43,5%), mientras que los no adventistas presentan un
mayor consumo regular (15,9%) y frecuente (15,9%) Tabla 2.
Tabla 2. Distribución del consumo de alimentos
ultraprocesados según las características sociodemográficos de los
participantes.
Características |
Consumo Nulo |
Consumo
Esporádico |
Consumo Regular |
Consumo Frecuente |
Consumo
Permanente |
p-valor |
|
Género |
Masculino |
19 (30,6%) |
22 (35,5%) |
8 (12,9%) |
8 (12,9%) |
5 (8,1%) |
0.718 |
Femenino |
25 (33,8%) |
30 (40,5%) |
7 (9,5%) |
5 (6,8%) |
7 (9,5%) |
||
Grado y Sección |
3ro |
24 (32,4%) |
30 (40,5%) |
7 (9,5%) |
7 (9,5%) |
6 (8,1%) |
0.930 |
4to |
13 (36,1%) |
11 (30,6%) |
6 (16,7%) |
3 (8,3%) |
3 (8,3%) |
||
5to |
7 (26,9%) |
11 (42,3%) |
2 (7,7%) |
3 (11,5%) |
3 (11,5%) |
||
Grupo de Edad |
13-15 años |
36 (33,3%) |
36 (33,3%) |
12 (11,1%) |
10 (9,3%) |
8 (7,4%) |
0.456 |
16-17 años |
8 (25,8%) |
16 (51,6%) |
3 (9,7%) |
6 (19,4%) |
4 (12,9%) |
||
Religión |
Adventistas |
31 (33,7%) |
40 (43,5%) |
8 (8,7%) |
6 (6,5%) |
7 (7,6%) |
0.145 |
No adventistas |
13 (29,5%) |
12 (27,3%) |
7 (15,9%) |
7 (15,9%) |
5 (11,4%) |
DISCUSIÓN
La
pandemia de COVID-19 provocó en su momento cambios en los estilos de vida a
nivel mundial. Los adolescentes, no escaparon de esta situación. Durante este
período, los patrones alimentarios de los jóvenes experimentaron variaciones
significativas debido a factores como el confinamiento, la educación remota, y
las restricciones en las actividades físicas (13). En este contexto, el consumo
de alimentos ultraprocesados ha ganado relevancia como un tema de preocupación,
dado que estos productos, ricos en azúcares, grasas trans y aditivos, se han
vuelto una opción accesible y conveniente para muchos estudiantes (7). Este
estudio analizó el consumo de alimentos ultraprocesados (AUP) entre estudiantes
de secundaria en Lima, Perú, durante la pandemia de COVID-19. Se evaluó la
relación entre el nivel de consumo y las características sociodemográficas de
los participantes, buscando entender cómo estos factores influyen en sus
hábitos alimentarios.
En este
sentido, se encontró un bajo porcentaje de consumo permanente de AUP, siendo
menor al 10% en casi todas las categorías. Este hallazgo sugiere que, aunque
los adolescentes tienen acceso y exposición a estos productos, no han
desarrollado un patrón de consumo excesivo y sostenido a lo largo del tiempo. Esta
tendencia podría estar influenciada por varios factores, como la presencia de
campañas educativas sobre alimentación saludable, el rol de las familias en la
supervisión de los hábitos alimentarios, o incluso las restricciones económicas
que podrían limitar la compra frecuente de este tipo de productos (14). Estos
hallazgos son consistentes con investigaciones anteriores que han mostrado que,
durante la pandemia, aunque el consumo ocasional de alimentos ultraprocesados
(AUP) aumentó debido a factores como el estrés, la ansiedad y el sedentarismo,
el consumo habitual y constante se mantuvo relativamente bajo en muchas
poblaciones de adolescentes (15). Esto sugiere que los adolescentes no
sustituyeron por completo sus hábitos alimentarios habituales por un consumo
excesivo de ultraprocesados, sino que hubo variaciones en la frecuencia de
consumo influenciadas por las circunstancias específicas de la pandemia.
Sin
embargo, es fundamental destacar que, aunque el consumo habitual de alimentos
ultraprocesados (AUP) fue bajo, una parte considerable de los estudiantes
informó que consume estos productos de manera ocasional o regular. Esto es
preocupante desde el punto de vista de la salud pública, ya que el consumo
frecuente de AUP se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades
crónicas a largo plazo, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y problemas
cardiovasculares (3,5). Por lo tanto, estos hallazgos destacan la necesidad de
seguir promoviendo estrategias de intervención nutricional que se enfoquen en
la reducción del consumo de estos productos en este grupo etario.
Por otro
lado, el consumo de alimentos ultraprocesados en los diferentes grupos
sociodemográficos —como el género, el grado escolar, y la religión— revela que
no todos los estudiantes están igualmente expuestos o influenciados por el
consumo de estos productos. Por ejemplo, se observó que los varones tienden a
tener un consumo más frecuente y regular en comparación con las mujeres, lo que
coincide con estudios que indican que los hombres suelen tener una mayor
predisposición al consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares debido a
factores socioculturales y de comportamiento (16). Por ejemplo, las mujeres
suelen mostrar mayor preocupación por la salud y el control del peso, lo que
las lleva a optar por alimentos percibidos como más saludables y a evitar
productos con alto contenido calórico o ultraprocesados (17). Esta diferencia
en la motivación alimentaria podría estar influenciada por las normas sociales
que presionan a las mujeres para mantener una imagen corporal delgada, mientras
que los hombres tienden a estar menos influenciados por estas normas y muestran
comportamientos alimentarios más indulgentes en relación con la comida rica en
grasas y azúcares (18). Este patrón sugiere que las intervenciones educativas
deberían considerar las diferencias de género para ser más efectivas en la
promoción de hábitos alimentarios saludables.
En cuanto
a la afiliación religiosa, los estudiantes adventistas presentaron un mayor
porcentaje de consumo nulo y esporádico en comparación con los no adventistas,
lo que favorece en este grupo una alimentación más saludable y menos
dependiente de productos industrializados (19–21). Este comportamiento podría
ser explicado por los resultados de un estudio que reveló que los integrantes
de esta religión, tienden a seguir patrones alimentarios más saludables, como
una mayor adherencia a dietas vegetarianas o veganas, y un menor consumo de
carne y productos ultraprocesados, lo que se asocia con un menor riesgo de
enfermedades crónicas como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares
(21). Asimismo, las restricciones alimentarias promovidas por esta denominación
religiosa, que desalientan el consumo de alcohol, tabaco y ciertos tipos de
alimentos ricos en grasas, pueden influir en las elecciones dietéticas y en la
reducción del consumo de alimentos ultraprocesados entre sus miembros (22,23).
Por otra
parte, los estudiantes de 3ero de secundaria tienen un mayor consumo
esporádico, mientras que los de grados superiores (4to y 5to) tienden a
presentar más consumo regular y frecuente. Esto sugiere que, a medida que los
estudiantes avanzan en su escolaridad, su consumo de AUP tiende a volverse más
consistente. También, en el estudio actual, se evidenció que un mayor consumo
esporádico y frecuente en el grupo de 16 a 17 años, en comparación con el grupo
más joven (13-15 años), sugiere un patrón similar al observado por grado
escolar. Este hallazgo es consistente con los resultados de Cutler (24), en
2012 quien encontró que, a medida que los adolescentes crecen, su independencia
en la elección de alimentos aumenta, lo que está asociado con un mayor consumo
de snacks y comidas rápidas. Del mismo modo, Gopinath (25), en 2009 observó que
los adolescentes mayores tienen más acceso a sus propios recursos financieros,
lo que les permite comprar AUP con mayor frecuencia, mientras que los
adolescentes más jóvenes dependen más de sus padres para la toma de decisiones
alimentarias.
CONCLUSIONES
Este
estudio transversal encontró que, aunque el consumo permanente de estos
alimentos fue bajo (menos del 10% en casi todas las categorías), una proporción
significativa de estudiantes reportó un consumo esporádico o regular. Los
estudiantes varones mostraron un mayor consumo regular y frecuente en
comparación con las mujeres, mientras que los estudiantes de grados superiores
y de mayor edad tendieron a consumir AUP de manera más consistente. Asimismo,
los estudiantes adventistas presentaron un mayor consumo nulo o esporádico en
comparación con los no adventistas. Aunque no se encontraron diferencias
estadísticamente significativas entre los grupos sociodemográficos, estos
hallazgos subrayan la necesidad de intervenciones educativas enfocadas en
reducir el consumo de AUP entre los adolescentes, especialmente en grupos con
mayor riesgo.
CONFLICTO DE INTERESES.
Los
autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
FINANCIAMIENTO
La
investigación se llevó a cabo con financiación de los investigadores.
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Danny Mendoza Fernandez. Licenciado en Nutrición Humana,
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Mery
Rodríguez Vásquez. Maestría en salud pública,
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