VIVE. Revista de Investigación en Salud

https://revistavive.org

Volumen 7 No. 21, septiembre-diciembre 2024

ISSN: 2664-3243

ISSN-L: 2664-3243

pp. 813 - 826

 

 

 

 

 

 

 

Prevalencia de enfermedades cardiovasculares durante el COVID-19

 

Prevalence of cardiovascular diseases during COVID-19

 

Prevalência de doenças cardiovasculares durante a COVID-19

 

Hetzabeth Noelia Zambrano Hernández

noelia20xzh@gmail.com

https://orcid.org/0009-0005-5827-8229

 

Andrea Pierina Diez Chávez

apierinadiez@gmail.com

https://orcid.org/0009-0008-6105-7517

 

Tania María Abril Mera

tania.abril@cu.ucsg.edu.ec

https://orcid.org/0000-0003-0214-3518

 

Layla Yenebi De La Torre Ortega

layla.delatorre@cu.ucsg.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-4813-6957

 

Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Guayaquil, Ecuador

 

Artículo recibido 23 de julio 2024 | Aceptado 27 de agosto 2024 | Publicado 27 de septiembre 2024

 

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https://doi.org/10.33996/revistavive.v7i21.341

 

 

RESUMEN

El COVID-19 puede provocar diversas complicaciones cardiovasculares, incluyendo daño miocárdico, miocarditis, arritmias, y trombosis. El objetivo de este artículo fue determinar la prevalencia de enfermedades cardiovasculares durante el COVID-19 en adultos en el Hospital General Guasmo Sur. Se enmarca dentro del enfoque cuantitativo, el paradigma es positivista y método descriptivo; el diseño utilizado fue el no experimental de corte transversal. La población estudiada incluyó un total de 137 pacientes con problemas cardiacos; Para la recolección de dotas se utilizó la encuesta y el cuestionario. El procesamiento de los datos se realizó mediante el programa de Excel SPSS 21. Los resultados fueron que, el sobrepeso afecta a los pacientes, lo que indica una alta prevalencia. En comparación el tabaquismo y la obesidad. Se concluye que, el análisis de los factores de riesgo asociados a las ECV revela que la hipertensión arterial (HTA) es el principal indicador, con una mayor prevalencia en hombres.

 

Palabras clave: Cardiovasculares; Enfermedades; COVID-19; Prevalencia

 

ABSTRACT

COVID-19 can cause various cardiovascular complications, including myocardial damage, myocarditis, arrhythmias, and thrombosis. The objective of this article was to determine the prevalence of cardiovascular diseases during COVID-19 in adults at the Guasmo Sur General Hospital. It is framed within the quantitative approach, the paradigm is positivist and descriptive method; The design used was the non-experimental cross-sectional design. The studied population included a total of 137 patients with cardiac problems; the survey and questionnaire were used to collect data. Data processing was carried out using the SPSS 21 Excel program. The results were that overweight affects patients, which indicates a high prevalence. In comparison smoking and obesity. It is concluded that the analysis of risk factors associated with CVD reveals that high blood pressure (HTN) is the main indicator, with a higher prevalence in men.

 

Key words: Cardiovascular; Diseases; COVID-19; Prevalence

 

RESUMO

A COVID-19 pode causar diversas complicações cardiovasculares, incluindo danos ao miocárdio, miocardite, arritmias e trombose. O objetivo deste artigo foi determinar a prevalência de doenças cardiovasculares durante a COVID-19 em adultos no Hospital Geral Guasmo Sur. Enquadra-se na abordagem quantitativa, o paradigma é o método positivista e descritivo; O delineamento utilizado foi o de corte transversal não experimental. A população estudada incluiu um total de 137 pacientes com problemas cardíacos; A pesquisa e o questionário foram usados para coletar dados. O processamento dos dados foi realizado no programa SPSS 21 Excel. Os resultados foram que o excesso de peso afeta os pacientes, o que indica alta prevalência. Em comparação tabagismo e obesidade. Conclui-se que a análise dos fatores de risco associados às DCV revela que a pressão arterial elevada (HAS) é o principal indicador, com maior prevalência nos homens.

 

Palavras-chave: Cardiovasculares; Doenças; COVID-19; Prevalência

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, que incluyen las cardiopatías coronarias, reumáticas y enfermedades cerebrovasculares, consideradas como la primera causa de muerte. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (1), estas cifras con una estimación de defunción anual de aproximadamente 17,9 millones de personas según la OMS. Mientras que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) (2), afirma que en América es la principal causa de muerte, con 2 millones de defunciones anuales, mayormente de países de bajos y medianos ingresos. Destacando principalmente las enfermedades cardíacas isquémicas, cardiopatías coronarias y los accidentes cerebrovasculares (ACV).

 

Desde una perspectiva más general, la ECV es la principal causa de muerte en todo el mundo. Se estima que cada año mueren 18 millones de personas, lo que representa el 31,8% de todas las muertes. También tiene la mayor carga de enfermedad definida como años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) perdidos, con 4.800 AVAD por 100.000 habitantes. (3)

 

De hecho, a nivel a mundial se han observado trastornos cardiovasculares en pacientes enfermos por la COVID-19, situación que se hace cada vez más notable; lo que hace necesario el conocimiento existente en cuanto a la relación de esta enfermedad y las afectaciones que esta produce en el sistema cardiovascular (4).

 

En el caso particular de Ecuador según la encuesta STEPS del año 2018, las ECV son la principal causa de defunción, demostrando además que 19.8% de la población padecía de hipertensión, el 17% no la tenían controlada y 56.3% no tomaba medicación para la hipertensión (OPS) (5).

 

En este sentido se comprende que, los factores de riesgo que determinan su padecimiento se dividen en dos ramas, modificables y no modificables, en las modificables figuran la obesidad, hipertensión arterial, dislipidemias, tabaquismo y sedentarismo que puede aumentar las posibilidades de ECV en un 20-30%; y entre los no modificables figuran la edad, sexo, factores genéticos, lipoproteína –A (6-8). Esta población es particularmente identificada como vulnerable para una mayor morbimortalidad por COVID-19, o infección por SARS-Cov-2, especialmente porque ha sido asociada a múltiples complicaciones cardiovasculares directas e indirectas (9, 10).

 

Por otro lado, el proceso de infección del SARS-CoV2 comienza con su introducción en las células huésped tras la unión de la glicoproteína espiga a la enzima conversora de angiotensina 2 (ECA2), una aminopeptidasa que, junto con la membrana, tienen un papel crucial en los sistemas cardiovasculares e inmunes del ser humano. La unión de la ECA2 y la proteína se llevan a la inactividad de la ECA2 en la membrana celular, dando como resultado una lesión miocárdica (11-13).

 

Si bien este tiene mayor preferencia por el árbol respiratorio, también afecta múltiples órganos debido a una respuesta inmunológica anormal que provoca inflamación, aumenta las citoquinas y genera hipercoagulación, lo que compromete principalmente el sistema cardiovascular, causando miocárdicas, miocarditis y agravando enfermedades cardiovasculares preexistentes (14-16).

 

Además, una proporción considerable de pacientes puede desarrollar una lesión vascular durante el contexto de la COVID-19, lo que conlleva un mayor riesgo de mortalidad hospitalaria. Cabe señalar, el incremento de los niveles de troponina es frecuentemente relacionado con las infecciones respiratorias agudas severas, incluyendo el SARS-Cov-2 (17-19).

 

En el caso aprticular de Ortiz (19), reafirma lo anteriormente mencionado, a pesar de que su presentación sintomatología típica sea mediante una infección respiratoria aguda; existe una alta incidencia de pacientes que presentan al inicio de la infección eventos cardiovasculares adversos o durante la exposición al virus se desarrollan complicaciones cardiovasculares. Dándonos a conocer que el COVID-19 puede ser considerado como un nuevo factor de riesgo de las ECV y viceversa, las ECV pueden aumentar las probabilidades de mortalidad del COVID-19 (20).

 

Entonces, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) (21), muestra en el registro estadístico de defunciones generales que durante el periodo del 2020 y el 2021 en el Ecuador las enfermedades isquémicas del corazón fueron la segunda causa de muerte después del COVID-19, teniendo un total de 15.878 defunciones en el 2020 a comparación del 2021 con 13.002 defunciones por enfermedades isquémicas del corazón, mayormente mujeres (12.8%) a diferencia de los hombres (12%).

 

Ahora bien, el impacto del COVID-19 en la salud cardiovascular es una preocupación creciente que requiere atención especial. Este trabajo de investigación propone explorar las interacciones entre el virus y el sistema cardiovascular, destacando la necesidad de un enfoque integral para la gestión y prevención de enfermedades desde un punto de vista fisioterapéutico a través de una revisión exhaustiva de la literatura actual, estudios recientes y revisando cada caso confirmado del 2021 en el Hospital General Guasmo Sur. Resultados que ayudarán a continuar otras investigaciones y abordar de mejor manera las complicaciones y secuelas de los pacientes con enfermedades cardiovasculares que reciben fisioterapia cardio pulmonar.

 

Debe señalarse que, el SARS-CoV está asociado con enfermedades cardíacas, pero hay poca evidencia disponible. Sin embargo, la relación entre las enfermedades infecciosas y las enfermedades neurológicas graves no está clara. Por tanto, en un estudio de 75 pacientes, el infarto de miocardio fue la causa de muerte en cinco personas. Otro estudio con 46 pacientes sin cardiopatía previa durante el curso de la enfermedad encontró un cambio transitorio en la función diastólica, sin cambio en la función sistólica, 30 días después de la enfermedad (22).

 

Anteriormente se informó daño miocárdico en pacientes hospitalizados con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Las investigaciones también muestran una asociación entre eventos cardiovasculares y enfermedades graves. El COVID-19 comienza durante la infección inicial, durante la cual el virus ingresa al parénquima pulmonar y se propaga. Luego pasa al lado pulmonar, donde el proceso inflamatorio inicial, caracterizado por vasodilatación, permeabilidad vascular y acumulación de leucocitos, conduce a lesión pulmonar, hipoxemia y estrés cardíaco (23). Actualmente, el sistema renina-angiotensina-aldosterona juega un papel importante en la fisiopatología del síndrome respiratorio agudo, la enfermedad por coronavirus 2 y la propagación de este sistema. En este proceso se activa la vía de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), que provoca efectos vasodilatadores, cardioprotectores, antioxidantes y antiinflamatorios. Además, la forma libre de ACE2 inhibe la unión de las bacterias a las células y reduce el daño pulmonar.

 

En general, las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes con Covid-19 muestran que las enfermedades más comunes son la hipertensión (21%), la diabetes (11%) y las enfermedades cardíacas (7%) (24). Se discutió si la presencia de estas enfermedades en los pacientes está asociada con el riesgo de infección y enfermedad grave. Estas enfermedades son más comunes en personas mayores, por lo que la edad puede ser el factor de riesgo más importante y la hipertensión es un factor de riesgo infeccioso (25).

 

Un metaanálisis encontró que los pacientes con COVID-19 con hipertensión arterial tenían un riesgo de severidad superior al de los pacientes sin hipertensión arterial (odds ratio: 2.27; intervalo de confianza [IC]: 1.80-2.86), el cual se mantiene en pacientes < 50 años y ≥ 50 años. Además, se encontró un riesgo 3.48 veces mayor de muerte en pacientes hipertensos en comparación con pacientes no hipertensos. En pacientes < 50 años, este riesgo es 6.43 veces mayor y en ≥ 50 años es 2.66 veces mayor (26).

 

Cabe señalar que este estudio tiene varias limitaciones, incluida la publicación y exclusión de estudios importantes debido a que solo incluye artículos en inglés y chino. El tamaño de la muestra es pequeño y la mayoría de los estudios son retrospectivos e incluyen únicamente pacientes hospitalizados. Además, no se ha estudiado el impacto potencial de los medicamentos antihipertensivos, lo que subestima la verdadera diferencia en la incidencia y mortalidad de la infección por SARS-CoV-2 entre pacientes con y sin hipertensión.

 

Los pacientes con hipertensión arterial a menudo reciben tratamiento con medicamentos que actúan sobre el sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA), como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA II). Estos fármacos han demostrado aumentar los niveles de angiotensina 1-7 y la expresión de los receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2) (27). Inicialmente, se pensó que estos medicamentos podrían incrementar el riesgo de infección por SARS-CoV-2 y la gravedad de la enfermedad en pacientes con COVID-19. Sin embargo, estudios recientes han revelado que los pacientes con COVID-19 en tratamiento con IECA o ARA II presentan un menor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, una tendencia a tener niveles más bajos de interleucina-6 (IL-6) en sangre periférica y un aumento en el recuento de células T (27,28). Este hallazgo puede explicarse por el hecho de que los receptores ECA2, que actúan como puerta de entrada del virus, se saturan rápidamente y son internalizados junto con el SARS-CoV-2, lo que disminuye la cantidad de enzima soluble disponible para facilitar la infección (29).

 

Esto puede explicarse debido a que los receptores ECA2 son rápidamente saturados por el virus e internalizados junto a este, con lo que disminuye la cantidad de enzima soluble. Al estar aumentados estos receptores por el empleo de IECA o ARA II hay mayor disponibilidad de esta enzima para producir su efecto antiinflamatorio mediante la conversión de Ang II a Ang 1-7 (30).

 

En relación con el tema, el COVID-19, lejos de ser solo una enfermedad con compromiso respiratorio, ha demostrado tener efectos nocivos para el sistema cardiovascular. La injuria miocárdica descrita como un aumento en los niveles de troponina I (TnI) (> 28 pg/ml) estuvo presente en cinco de los (31) pacientes diagnosticados con COVID-19 en Wuhan. Este mismo estudio reportó que cuatro de cinco pacientes con injuria miocárdica fueron admitidos a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) (16). Además, se ha reportado que de los pacientes con COVID-19 sin enfermedad cardiovascular previa, un 11.8% presentó daño cardiaco sustancial, niveles elevados de TnI y paro cardiaco durante su hospitalización (32).

 

Existe una serie de pacientes (7.3%) que en lugar de los síntomas respiratorios clásicos de la enfermedad acudió al médico por palpitaciones y dolor torácico de tipo opresivo (33). Actualmente, los estudios que reportan injuria miocárdica en pacientes hospitalizados por COVID-19 refieren que estos pacientes la han presentado en forma de síndrome coronario agudo, insuficiencia cardiaca y arritmias. Los estudios, además, demuestran una correlación entre los eventos cardiacos y formas más severas de COVID-19. Por ejemplo, el 23.0% de pacientes infectados por SARS-CoV-2 presentaron insuficiencia cardiaca y esta fue más común en aquellos que no sobrevivieron a la hospitalización (51.9%) que en los que sí la sobrevivieron (11.7%) (33).

 

De forma complementaria, un estudio en el estado de Washington encontró que la incidencia de insuficiencia cardiaca era del 33% en pacientes sin historia pasada de disfunción ventricular izquierda y con enfermedad crítica por SARSCoV-243. Por otro lado, la presencia de arritmias cardiacas se evidenció en el 16.7% de 138 pacientes hospitalizados por COVID-19 y fue más común en los ingresados a la UCI (44.4%) que en los no ingresados (6.9%) (34). Adicionalmente, la incidencia de arritmia maligna, definida como una taquicardia ventricular hemodinámicamente inestable o una fibrilación ventricular, fue mayor en los pacientes con COVID-19 con TnI elevada (11.5%) que en los que tenían niveles normales del biomarcador cardiaco (5.2%) (p < 0.001) (35).

 

Por lo tanto, estudiar la prevalencia de enfermedades cardiovasculares post COVID-19 en adultos permitirá entender mejor el impacto del virus en el sistema cardiovascular, identificar grupos de riesgo, y desarrollar estrategias de prevención y manejo para reducir la morbilidad y mortalidad asociadas. Este conocimiento es clave para la salud pública, especialmente en un hospital general que atiende a una población adulta. De tal manera que, el objetivo de este artículo es determinar la prevalencia de enfermedades cardiovasculares durante el COVID-19 en adultos en el Hospital General Guasmo Sur.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

 

La metodología utilizada para el presente artículo, se enmarca dentro del enfoque cuantitativo, el paradigma es positivista y método descriptivo; el diseño utilizado es el no experimental de corte transversal, describiendo así las características de la población analizada a partir de registros obtenidos de una base de datos ya existente. La población estudiada incluyó un total de 137 pacientes con enfermedades cardiovasculares asociadas al COVID-19 en el año 2021, los pacientes, de ambos sexos, tenían edades comprendidas entre 27 y 88 años los cuales acudieron a consulta externa en el Hospital General Guasmo Sur. Dentro de los criterios de inclusión se consideró aquellos pacientes que tuvieran diagnósticos cardiológicos confirmados no mayor a 3 años y que hayan presentado sars-cov-2 positivo en el 2020 o 2021. Mientras que en los criterios de exclusión están aquellos pacientes con cardiopatías congénitas o previas a la infección COVID-19, cuyas historias clínicas no estén completas, o no hayan desarrollado secuelas cardiovasculares post COVID-19.

 

Para la recolección de dotas se utilizó la técnica de la encuesta y el instrumento fue el cuestionario donde se consideraron las siguientes dimensiones: perfil de pacientes con enfermedades cardiovasculares asociadas a COVID-19, distribución según edad y sexo, factores de riesgo asociados a enfermedades cardiovasculares, prevalencia de enfermedades cardiovasculares, defunción y derivados a fisioterapia. El procesamiento de los datos se realizó mediante el programa de Excel SPSS 21 se elaboraron tablas estadísticas expresadas en porcentajes, para poder procesar los datos del estudio.

 

RESULTADOS

 

Tabla 1. Perfil de Pacientes con Enfermedades Cardiovasculares Asociadas a COVID-19 (n=137) y Distribución según edad y sexo

Característica

Valor

Edad: Media

61-70 años

Sexo: Masculino

21%

 

 

 

 

Edades

Mujeres

Varones

%Total General

%Femenino

%Masculino

27-39

1

2

(2%)

1%

1%

40-50

10

10

(15%)

7%

7%

51-60

16

18

(25%)

12%

13%

61-70

18

29

(34%)

13%

21%

71-80

16

8

(18%)

12%

6%

81-90

4

5

(7%)

3%

4%

Total general

65

72

(100%)

(100%)

 

La Tabla 1, hace un análisis de los 137 seleccionados, la edad media en la que se desarrollaron enfermedades cardiovasculares asociadas al COVID-19 fue entre los 61-70 años con un mayor incremento en el sexo masculino, representando el 21% de población. La edad mínima observada fue de 27 años y mientras que la edad máxima fue de 88 años. Se destacó un incremento notable en el rango etario de 61 a 70 años, con una prevalencia particularmente alta en el género masculino.

 

Tabla 2. Factores de Riesgo asociados a Enfermedades Cardiovasculares

General

Factores de Riesgo Asociados a Enfermedades Cardiovasculares

Si

No

TOTAL- SI%

TOTAL-NO%

Hta

124

13

90,51%

9,49%

Diabetes mellitus ii

60

77

43,8%

56,2%

Dislipidemia

60

77

43,8%

56,2%

Sobrepeso

47

90

34,3%

65,7%

Tabaquismo

22

115

16,1%

83,9%

Obesidad

17

120

12,4%

87,6%

 

La tabla 2, presenta un análisis de los factores de riesgo asociados a las ECV, la HTA se destacó como el principal indicador, afectando a ambos géneros con un 90.51% con una mayor prevalencia en los hombres, seguido de la diabetes mellitus y la dislipidemia los cuales también fueron factores significativos presentes con un 43.8% de los casos cada una. El sobrepeso afecta al 34.3% de los pacientes, lo que indica una alta prevalencia. En comparación el tabaquismo (16.1%) y la obesidad (12.4%) presentaron índices más bajos, lo que sugiere que, aunque estos factores de riesgo son importantes, su contribución en este grupo específico fue menor en comparación con la HTA, la diabetes y la dislipidemia. 

 

Tabla 3. Prevalencia de enfermedades Cardiovasculares

Enfermedades Cardiovasculares

Mujeres

Total

Varones

Total

%

Ecv Isquemico

13,87%

19

10,22%

14

24,09%

Insuficiencia Cardiaca Congestiva

7,30%

10

6,57%

9

13,87%

Ecv Hemorragico

5,84%

8

5,84%

8

11,68%

Insuficiencia Cardiaca

5,11%

7

5,84%

8

10,95%

Ecv no especificado

0,73%

1

3,65%

5

4,38%

Insuficiencia Cardiaca Congestiva- Cardiopatia Izque

0,73%

1

1,46%

2

2,19%

Paro Cardiorespiratorio

1,46%

2

0,73%

1

2,19%

Ecv Hemorragico- Insuficiencia Cardiaca

0,00%

0

1,46%

2

1,46%

Otros

12,41%

17

16,79%

23

29%

Total

47,45%

65

52,55%

72

100,00%

 

En esta tabla se destaca que las enfermedades cardiovasculares más prevalentes fueron el accidente cerebrovascular isquémico, que afectó al 24.09% de los pacientes, con una mayor prevalencia en mujeres, seguido de la insuficiencia cardiaca congestiva (13.87%), también predominante en mujeres. El ECV hemorrágico, que representó el 11.68% de los casos, se presentó con una incidencia similar en ambos sexos, mientras que la insuficiencia cardíaca, afectó al 10.95% de los pacientes, siendo más común en hombres.

 

Es notable que algunos pacientes presentaron múltiples enfermedades cardiovasculares, como insuficiencia cardíaca congestiva junto con cardiopatía isquémica (2.19%), con una predominancia significativa en hombres, y ECV hemorrágico junto con insuficiencia cardíaca (1.46%), ocurriendo exclusivamente en el género masculino. Además, se agregó una categoría denominada otras, que agrupó diversas enfermedades cardiovasculares menos comunes, representando el 29% de los casos. Estas afecciones menos frecuentes se dieron en el 1% de la población estudiada, con una mayor incidencia en hombres alcanzando el 16.79%.

 

Tabla 4. Defunción y derivados a fisioterapia

Defunción

Mujeres

%

Varones

%

No

45

32,85%

51

37,23%

Si

20

14,60%

21

15,33%

Total

65

47%

72

53%

Derivados a Terapia Física

Mujeres

%

Varones

%

No

51

37,23%

62

45,26%

Si

14

10,22%

10

7,30%

Total

65

47%

72

53%

 

Se observa en esta tabla un mayor incremento de defunciones en hombres, con un (15.33%), en comparación con las mujeres, que presentan un (14.60%). En cuanto a la derivación de pacientes al área de terapia física, hubo una cantidad significativamente baja de ambos sexos (hombres 7.30%, mujeres 10.22%). Este bajo índice de derivación destaca la necesidad de realizar un análisis exhaustivo para determinar qué factores contribuyen al bajo índice de personas que fueron derivadas al área de terapia física después de haber sufrido algún ECV.

 

DISCUSIÓN

 

La edad media en la que se desarrollaron complicaciones cardiovasculares post COVID-19 fue entre los 61 y 70 años. Esto concuerda con estudios previos que han identificado a los adultos mayores, especialmente aquellos con comorbilidades, como el grupo de mayor riesgo para desarrollar formas severas de COVID-19 y sus secuelas. Estos resultados coinciden con Bryce et al., (23), al decir que, actualmente, se ha reportado injuria miocárdica en pacientes hospitalizados por enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Los estudios, además, demuestran una correlación entre los eventos cardiacos y formas severas de la enfermedad.

 

En cuanto a la dimensión factores de riesgo asociados a enfermedades cardiovasculares, se presenta un análisis de los factores de riesgo asociados a las ECV, la HTA se destacó como el principal indicador, afectando a ambos géneros con una mayor prevalencia en los hombres, seguido de la diabetes mellitus y la dislipidemia los cuales también fueron factores significativos presentes de los casos cada una. El sobrepeso afecta a los pacientes, lo que indica una alta prevalencia. En comparación el tabaquismo y la obesidad, ya que presentaron índices más bajos, lo que sugiere que, aunque estos factores de riesgo son importantes, su contribución en este grupo específico fue menor en comparación con la HTA, la diabetes y la dislipidemia. Los hallazgos coinciden con lo dicho por Zavala et al., (24), al decir que, las enfermedades cardiovasculares son afecciones en los vasos sanguíneos y el corazón: la arterosclerosis, insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares, fibrilación auricular, entre otros, tienen una alta carga de morbilidad y mortalidad en el mundo.

 

Para la dimensión prevalencia de enfermedades cardiovasculares, se dice que, los resultados del análisis de la prevalencia de ECV en esta población subrayan la importancia de un enfoque integral en la prevención y manejo de enfermedades cardiovasculares. La identificación de factores de riesgo, la promoción de estilos de vida saludables y el acceso a atención médica adecuada son esenciales para reducir la carga de estas enfermedades. Además, es crucial que los programas de salud pública se adapten a las necesidades específicas de cada género y grupo etario para mejorar los resultados de salud cardiovascular en la población. De lo cual se comparan con lo establecido por Rodríguez et al, (4), al mencionar que, La disfunción ventricular y la insuficiencia cardiaca clínica han sido también reportadas en pacientes con la COVID-19. En una serie de casos de 191 pacientes de Wuhan, la incidencia de insuficiencia cardiaca aguda fue del 23% y mayor en aquellos que no sobrevivieron (52 % vs. 21%).

 

Finalmente, para la dimensión defunción y derivados a fisioterapia, se tiene que, si bien los resultados muestran una tendencia hacia una mayor mortalidad en hombres, es necesario un análisis más profundo para determinar los factores que contribuyen a este patrón. Además, la baja tasa de derivación a terapia física en ambos sexos es preocupante y requiere atención urgente. Implementar estrategias para mejorar la derivación y el acceso a terapia física puede tener un impacto significativo en la rehabilitación y la calidad de vida de los pacientes con ECV, lo cual se compara con Vázquez et al., (25), al decir que, el accidente cerebrovascular (ACV) es la tercera causa de mortalidad en el mundo y 60% de los pacientes que lo presentan desarrollan algún grado de discapacidad para realizar actividades básicas de la vida diaria (AVD) como vestirse, alimentarse, desplazarse, entre otras, generando dependencia física.

 

CONCLUSIONES

 

Primeramente, se concluye que, la identificación de una edad media de 61 a 70 años para el desarrollo de complicaciones cardiovasculares post COVID-19 resalta la vulnerabilidad de los adultos mayores, especialmente aquellos con comorbilidades. Este hallazgo se alinea con investigaciones previas que demuestran que este grupo etario es el más afectado por formas severas de la enfermedad y sus secuelas.

 

Así mismo, se concluye que, el análisis de los factores de riesgo asociados a las ECV revela que la hipertensión arterial (HTA) es el principal indicador, con una mayor prevalencia en hombres, lo que subraya la necesidad de estrategias de prevención y manejo enfocadas en este grupo. La diabetes mellitus y la dislipidemia también emergen como factores significativos, indicando que la combinación de estas condiciones crónicas contribuye de manera importante al riesgo cardiovascular. Además, la alta prevalencia de sobrepeso en la población estudiada refuerza la urgencia de abordar hábitos de vida saludables.

 

Además, se concluye que, los hallazgos del análisis de la prevalencia de ECV en esta población destacan la necesidad de un enfoque integral para la prevención y el manejo de estas enfermedades. La identificación de factores de riesgo, la promoción de estilos de vida saludables y el acceso a atención médica adecuada son fundamentales para disminuir la carga de las ECV. Además, es esencial que los programas de salud pública se adapten a las necesidades específicas de cada género y grupo etario, asegurando así una atención más efectiva y personalizada. Al implementar estrategias que aborden estos aspectos, se puede mejorar significativamente la salud cardiovascular de la población, reduciendo la incidencia y prevalencia de las ECV y, en última instancia, mejorando la calidad de vida de los individuos afectados.

 

Y los resultados indican una tendencia hacia una mayor mortalidad en hombres, lo que sugiere la necesidad de realizar un análisis más detallado para identificar los factores subyacentes que contribuyen a este patrón. Además, la preocupante baja tasa de derivación a terapia física en ambos sexos resalta una brecha crítica en la atención post-ECV, que podría limitar las oportunidades de rehabilitación y recuperación de los pacientes. Es imperativo implementar estrategias efectivas que mejoren la derivación y el acceso a servicios de terapia física, ya que esto puede tener un impacto positivo significativo en la rehabilitación y la calidad de vida de los pacientes con enfermedades cardiovasculares. En resumen, abordar estas cuestiones no solo mejorará los resultados de salud de los pacientes, sino que también contribuirá a una atención más integral y efectiva en el manejo de las ECV.

 

CONFLICTO DE INTERESES.

Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.

 

FINANCIAMIENTO

Los autores declaran no recibieron financiamiento

 

AGRADECIMIENTO

Los autores agradecen a sus familiares por el apoyo incondicional y al Hospital General Guasmo Sur por colaborar con el desarrollo de esta investigación.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Organización Mundial de la Salud. Las enfermedades cardiovasculares. 2021. https://acortar.link/SeHRfQ

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